viernes, 14 de agosto de 2009

Pequeños científicos



Consejos para enseñar matemática y ciencias a los niños a través
de actividades prácticas

Clasificar botones, pesar piedras, ver si las frutas flotan o dar
un paseo: “Los niños por naturaleza aprenden de forma
activa”, dice Claudia Marinai, una maestra de preescolar
en la escuela The Lake en Oakland. Les gusta hacer actividades
que “involucren todos los sentidos”.

“Ya sea usando un ábaco o una computadora, barritas para contar
o grava, en tanto (usted) sea interactivo su hijo aprenderá más”, dice
Richard Dye, coordinador administrativo de los Programas para
Estudiantes de Inglés en el Distrito de Escuelas Secundarias de
Grossmont Union en San Diego. Los adultos que “hablan y explican las
cosas son quienes tienen los niños con más éxito en la escuela”, agrega.

Los expertos también concuerdan en que la práctica directa de
matemática y ciencias puede ayudar a los niños a mejorar su rendimiento en la escuela, enriquecer sus herramientas sociales y de aprendizaje, estimular la confianza en sí mismos y su entusiasmo por aprender, y adquirir más conciencia sobre su entorno.

Los proveedores de cuidado infantil y educación de niños en los
primeros años, maestros y otros expertos ofrecen consejos para realizar actividades prácticas de matemática y ciencias con los niños:

Convertir matemáticas en una
experiencia interactiva

Los utensilios de cocina ofrecen un “elemento fantástico
para aprender sobre cantidades y proporciones. Dos
cuencos pequeños hacen un cuenco grande”, dice Dye.

Pídale a su niño que le traiga cuatro unidades de alguna
cosa, sugiere Ivette Zendejas-Gil, una maestra de jardín de
infancia bilingüe del Distrito Escolar Unificado de
Monterey Península. Los niños están orgullosos de ayudar,
mientras que al mismo tiempo aprenden de números.

También pueden ayudar a medir y a contar ingredientes
de recetas simples.


Marinai brinda algunos ejemplos que ella usa en su programa:
bandejas con botones, cuentas, plumas y otros objetos interesantes que los niños pueden clasificar por tamaño o por forma, o agrupar un cierto número de objetos de distintas maneras. También pueden ordenar una
variedad de cajas según su tamaño y su forma, aparear fotos de revistas y contenedores de huevos partidos por la mitad o una pila de calcetines, guantes o zapatos de diferentes colores. Tocar bolsas conteniendo bloques de diferentes tamaños, pequeños juguetes u objetos del exterior permite que los niños aprendan a identificar y describir
objetos basándose en el tacto.

Marinai también mete en una caja un reloj de cocina, un temporizador, una balanza, una regla, una cinta de medir y un termómetro para que los niños puedan explorar las nociones de peso, longitud y tiempo.


Involucre a los niños en ciencias

Cuando enseñe ciencias a los niños, Tami Ellison de
how2science sugiere formularles cuatro preguntas básicas:
“¿Qué es esto? ¿Cómo lo describirías? ¿Por qué es importante?
¿Qué pasaría si no lo tuviéramos?” Recuerda una clase de preescolar en la que los niños le decían a su maestra que los árboles son importantes porque las pitones y ardillas necesitan lugares para vivir, y porque la gente necesita comida y aire. Los niños estaban pensando sobre
causa y efecto y conectando esto con las cosas que les
interesaban, agrega.

Los expertos recomiendan que los niños hagan experimentos
simples de ciencias, usando objetos de su vida
cotidiana.

Por ejemplo, Ellison sugiere experimentar con
diferentes frutas para ver si éstas flotan o se hunden:
“¿Flotará una naranja entera? ¿Y si la pelamos? ¿Flotará la
piel? ¿Los gajos? ¿Qué pasa si apretamos la cáscara bajo el
agua? Ah, suben burbujas de aire a la superficie. ¿Y que
pasaría con un coco?” Los niños aprenden sobre densidad
y por qué las frutas flotan (para que las semillas se dispersen
más fácilmente), y también a agrupar y clasificar.

Las actividades de todos los días pueden adquirir un
nuevo significado cuando los niños aprenden ciencias con ellas. Ellison oculta figuras plásticas de colores a plena vista. Cuando los niños las encuentran les habla sobre la importancia del camuflaje. También pueden usarse bloques para hablar sobre la gravedad y la estabilidad.
Lleve a los niños fuera.

Los preescolares de Kumara School en Mill Valley participan
en un Proyecto sobre la Naturaleza de ocho meses que incluye la exploración de un arroyuelo. Cuando ya están cerca se les pide que paren y escuchen, y que miren a su alrededor. En una de las excursiones el arroyo “se había desbordado de nuevo”, dijó un niño. Uno de sus
compañeros de clase respondió, “escuché que el agua va despacio y ahora está moviéndose rápidamente. Cuan-do el agua pasa (a través) del pasto el agua hace que le mueva”.
“Seguimos el curso del arroyo porque los niños querían saber adónde iba”, dice Betty Rappaport, maestra en Kumara School. “Lo dibujamos, lo esculpimos y registramos los niveles del agua usando varas de bambú marcadas con pedazos de cinta. Vimos que los niños estaban
fascinados con el movimiento del agua, así que tomamos pelotas de golf de distintos colores y registramos el tiempo que les llevaba bajar con la corriente”.

Las actividades al aire libre no tienen por qué ser excursiones.

Ellison de how2science propone llevar a los niños
fuera para mirar el cielo. Haga fotos de las nubes y hable sobre los distintos tipos de nubes que ven los niños.

Plante semillas—o monte un jardín

“La jardinería es una manera maravillosa de introducir a los niños en las ciencias”, dice Marinai. “La jardinería promueve el desarrollo físico a través de un trabajo significativo con herramientas reales. Además potencia el pensamiento crítico, la predicción y la investigación abierta.
Los niños usan herramientas básicas de matemática tales como contar, medir y hacer cálculos aproximados”.
Agrega que la jardinería puede enseñar a los niños a sensibilizarse
con seres vivientes y, al aprender de dónde viene la comida y lo que comen distintas personas, pueden desarrollar su “conciencia y la apreciación de otras culturas”.
Las semillas pueden cultivarse en el alféizar soleado de una ventana o, si hay espacio, piense en crear un jardín.

Los niños pueden ayudar a planificar el jardín y decidir dónde ha de plantarse y medir, por ejemplo, cuánto tendría de largo y de ancho una parcela de vegetales.

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