sábado, 13 de febrero de 2010

Escuelas de Reggio Emilia


Escuelas de Reggio Emilia


Son consideradas escuelas de un único organismo vivo, un lugar de convivencias y de intercambio relacional entre adultos y niños. Un lugar en el que se piensa, discute y se trabaja tratando de reconciliar lo que se sabe con lo que no se sabe, las dificultades, los errores, las expectativas, los éxitos, las dudas y los problemas de elección. Una manera diferente de trabajar que no se había visto hasta el momento y que a día de hoy aun siguen muchas escuelas.


Metodología


Estas escuelas están basadas en una ley fundamental: “Si se hacen cosas reales, también son reales sus consecuencias” (Loris Malaguzzi,“La Educación Infantil en Reggio Emilia”pag.60), es decir, las ideas surgen a partir de los acontecimientos y experiencias reales, dando lugar a respuestas y conclusiones reales.

Para ello, el adulto se basa en la observación y el descubrimiento de las diferentes maneras que los niños tienen de participar, proceder y elegir, por este motivo seleccionan y cualifican las actividades encaradas a las motivaciones e intereses de los niños


Objetivos que pretende


El objetivo de estas escuelas es crear una escuela amable, es decir, activa, inventiva, habitable, documentada y comunicable, un lugar de investigación, aprendizaje, recognición y reflexión, en las que se encuentren bien los educadores, niños y familias.


Algunos de los ideales que se persiguen son


Huir de una cultura y una educación que valoran lo cognitivo y las autorregulaciones homeostáticas, que desprecian los sentimientos, la no lógica y el rol de la afectividad.
• En cuanto a la pedagogía de la relación y del aprendizaje consideran que son coincidentes, parten de la idea de que los niños no aprenden por una relación de causa-efecto, ni por una enseñanza directa adulto-niño, sino que su aprendizaje es mérito de ellos, de sus actividades y del uso de los recursos que poseen.
• Por otro lado la bidireccionalidad es un principio ineludible, en el que las habilidades del adulto y del niño se necesitan mutuamente para una buena enseñanza que permita aflorar las capacidades de aprendizaje que el niño posee. Es importante sembrar un terreno que haga emerger los acoplamientos estructurales entre lo cognitivo, lo relacional y lo emotivo. Con este principio lo que se pretende es que se desarrolle una autonomía personal de pensamiento y acción, el valor del contexto y los procesos comunicativos.


El proyecto


Estas escuelas no tienen ni programaciones ni currículo, pero los buscan, transformándolos en otra cosa, viviendo con los niños, trabajando con la certeza, la incertidumbre y con lo nuevo. La ignorancia es la que les impulsa a investigar, partiendo de las ideas, sugerencias, interrogantes y problemas que surgen de los niños. Para que esto sea posible se ha de crear un ambiente de confianza y seguridad entre el adulto y el niño.
Los proyectos habitualmente se basan en experiencias ya sucedidas, que parten de los intereses que los niños desean profundizar, dichos intereses los deben de conocer los educadores para poder sintonizarlos con los objetivos que pretende. Es un requisito imprescindible buscar una motivación inicial por parte de los niños.


Estructura


Las escuelas de Reggio Emilia pretenden dar una sensación agradable de descubrir algo nuevo, propiciando un clima sereno, gracias a querer ir todos juntos en una misma dirección, evitando cualquier artificialidad e hipocresía


Aspectos de la estructura


Las aulas se encuentran unidas por una gran plaza central, lugar de encuentros, juegos, amistades y actividades.
- La entrada, con sus informaciones y documentaciones de la organización de la escuela.
- Un área común para comer y cocinar.
- Las aulas subdivididas en dos zonas contiguas.
- Un taller de arte o atelier, que contiene una gran variedad de materiales, herramientas y recursos, usado por todos los niños y maestros para explorar, experimentar, expresar y crear pensamientos.
- Un aula para música.
- Otra para archivo.
- Un área de psicomotricidad.
- Áreas verdes


Aspectos comunes


En ellas encontramos muchos objetos pequeños y grandes, inventados por educadores y padres, y que no se encuentran en el mercado.
- Los muros (que hablan y que documentan el trabajo) son usados para hacer exposiciones cortas o permanentes de los niños y adultos.
- Los educadores trabajan en pareja y hacen los proyectos con los compañeros y con las familias.
- Todo el personal mantiene una reunión semanal para discutir y profundizar sobre el proyecto, y participa de los mismos reciclajes profesionales.
- Las familias se reúnen solas o con los educadores (en entrevistas individuales, reuniones de grupo o en el consejo de gestión de la escuela que se convoca una o dos veces al mes).
- La ciudad, el campo y la montaña como elementos didácticos.
- Y una coordinación pedagógica que ayuda, asesora y discute.



Dentro de las aulas


Ambiente humano: en cada sala debe haber 25 niños y dos maestros, que trabajan conjuntamente con el atelierista (tallerista) y la pedagoga. Los niños se agrupan por edades. Son motivados para trabajar con otros compañeros, para resolver problemas, jugar solos, con pequeños grupos o en grupos grandes.
La propuesta de Reggio Emilia plantea que los maestros y maestras vayan a las escuelas a aprender con los niños, allí un maestro es un investigador permanente que, además, no llega a conclusiones que puedan ser descriptas de forma retórica, sino con documentaciones de proyectos reales que son narraciones de las posibilidades humanas.
Como diría Loris Malaguzzi, “las cosas de los niños y para los niños se aprenden solo de los niños”.(“La Educación Infantil en Reggio Emilia”pag.31página 28).




Experiencia


En la Escuela Reggio Nell´Emilia el programa de estudios no se ha construido alrededor de temas, sino entorno de proyectos que implican un esfuerzo colectivo. Los niños se sumergen en una actividad, ya sea buscar un león de piedra en la plaza de la ciudad o ir a un campo de amapolas y recrear en arte la riqueza sensorial de ese campo.
En la primavera, las colinas de los alrededores de Reggio Nell´Emilia se cubren de alfombras de amapolas rojo y verde intenso, brillantes precursoras del verano inminente.
Una niña lleva a la escuela un gran ramo de deslumbrantes amapolas rojas, eso enciende el entusiasmo de sus compañeros. ¿De dónde vienen las amapolas? ¿Cómo crecen? Para responder a estas preguntas, se organiza una excursión a los campos de amapolas.
Una vez allí, los niños retozan libremente. Juntan flores, corren por el campo, se entrelazan las flores en el pelo, se esconden entre los tallos, examinan los insectos.Según expresó un niño extático: “¡Esto es mejor que el helado!”.

De regreso a la escuela, las amapolas se convierten en tema de nuevas investigaciones. Se proyectan diapositivas tomadas por una maestra, y los niños entran y salen bailando de las luminosas imágenes, bañándose en color. Luego un maestro propone que entre todos hagan un mural gigante inspirado en el viaje al campo de amapolas.
Una mamá dice: “El mural, es una especie de rompecabezas en el cual cada chico, según su sensibilidad, tiene que hacer un esfuerzo especial para contribuir a un hermoso trabajo de grupo. Esto significa utilizar tu espíritu individual, pero también lo que el grupo puede darte, de modo que tu pensamiento será más rico que antes”.
“Al hacer el mural de las amapolas – señaló Malaguzzi – los niños comenzaron trabajando solos, a delinear la parte simple que iban a aportar al fresco. Después se reunieron y comentaron las ideas de cada uno de los demás, para decidir cómo unirlas. De esa manera aprenden cómo algo hecho por muchas personas puede de veras funcionar”.
El proceso de pintar el mural importa tanto como el producto final. “No solo son las imágenes que vienen de las manos y la imaginación de los niños lo que cuenta, sino también el diálogo que tiene lugar entre ellos mientras pintan. Yo diría que cada pincelada es el fruto de la individualidad del niño, y también el fruto de la armonía de las ideas de todos”, observó Malaguzzi.
En suma, el contacto con una gama más amplia de habilidades que la que se ofrece en las escuelas comunes no haría más que estimular los talentos naturales de los niños. También sería una preparación más amplia, y mejor, para la vida.

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